Los videntes gallegos aparecen ligados a la cultura de los curanderos de los druidas de la Europa de los celtas. De la mano de dicha mitología, nacieron en Galicia otras criaturas como las Meigas y las Bruxas. Como sabemos, las tierras gallegas han sido desde siempre un caldo de cultivo para la magia y las videncias.
Las mejores videntes gallegas forman parte de la tradición de estas tierras. Galicia es una tierra llena de magia que siempre ha sido muy conocida en el ámbito del esoterismo. Las videntes gallegas, al igual que las tarotistas son realmente buenas y se caracterizan por esa influencia celta tan importante que todavía pervive en la actualidad.
La mitología gallega ha sobrevivido a numerosos años de represión cristiana o bien, incluso ha llegado a mezclarse con los propios mitos de dicha religión. Se trata en definitiva de una mezcla que se ha formado a partir de las creencias galaicas, celtas, germánicas (especialmente por parte de los suevos), cristianas y romanas.
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Videntes gallegos en la actualidad
Hoy en día, podemos decir que los videntes gallegos aciertan y han evolucionado en estas tierras, tan llenas de magia al norte de la península.
En Galicia, todo lo que te rodea parece rebosar magia por todas partes. Desde sus bosques de gran tamaño, así como frondosos, hasta sus numerosas parroquias y viejas iglesias. En los bosques, todavía hoy se puede imaginar cómo hacer reuniones diversas con el fin de llevar a cabo conjuros.
También, destacan las casas tan antiguas hechas de piedra. Con el contexto que acabamos de describirte, no resulta difícil imaginar a las brujas gallegas haciendo sus reuniones en lo más profundo del bosque, al igual que preparando todos sus rituales de magia.
Los videntes gallegos tienen un don muy especial gracias a la tradición que arrastra. En estas tierras, hay un refrán que se solía decir que en gallego es «eu non creo nas Meigas, mais habelas hainas», lo cual significa que «no creo en las brujas, pero las hay». Una frase muy recurrente en la antigüedad, sobre todo en las épocas en las que había más represión sobre el esoterismo.
Es difícil hablar de las Meigas de manera diferenciada a las brujas. No obstante, se puede decir que el término procede del norte de España, y era el nombre que se le daba a las hechiceras capaces de echar males de ojos. Si bien, no todas tenían un cometido diabólico.
Por otro lado, en cuanto a las bruxas, podemos decir que este término se utilizaba para las ancianas a las que las personas podían acudir para purificar su alma o limpiar su mal de ojo, ya que conocían las artes ocultas.
El dilema con esta palabra surge por la connotación que se extendió en España para llamar bruja a la persona que perjudicaba a un tercero con su magia, aunque no siempre es así.
Los videntes gallegos siguen conociendo en la actualidad cómo puedes librarte de los malos influjos. Hoy en día, gracias a la existencia del tarot y la videncia telefónica, no hace falta que mantengamos un contacto directo con ellos.
Aunque no tengan un gabinete, una buena vidente es capaz de limpiar las malas energías con tan solo un contacto por voz mediante una llamada. Además, suelen atender y ponerse a tu disposición las 24 horas del día, los 365 días del año.
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